Mis Mensajes al Mundo
Nadie asciende al cielo o va al infierno cuando muere. Esta es una creencia errónea creída por muchos. Cuando mueres, tu alma duerme, porque es tu cuerpo el que le da a tu alma la habilidad de interactuar con la creación. A través de los ojos del cuerpo el alma ve, a través de la nariz huele, a través de la lengua siente sabor y habla, a través de los oídos oye, a través de las manos toca, y a través del cerebro piensa. ¿Qué pasa si pierdes los ojos? Dejas de ver. ¿Qué pasa si pierdes los tímpanos? Dejas de escuchar. ¿Qué pasa si tienes muerte cerebral? Entras en un estado de coma, que es como dormir. ¿Y qué pasa si pierdes todo tu cuerpo? Tu alma simplemente duerme, como si no existieras, pero aún sí sigues existiendo. El alma es tu propia existencia en la creación, y es más importante que tu cuerpo, porque si pierdes tu cuerpo, Dios ciertamente puede recrearlo con su poder para resucitar y poner tu alma en ese nuevo cuerpo, pero una vez que pierdes tu alma , dejas de existir permanentemente en la creación. Y así como el cuerpo puede ser destruido, también el alma puede ser destruida. Pero solo Dios puede destruir tanto el cuerpo como el alma, no nosotros. Nosotros solo podemos destruir el cuerpo. Las almas de todo lo que vive está en la sangre, por eso es prohibido comer sangre. Y en la sangre también está el airesoplo de vida, que entra al cuerpo a través de las fosas nasales y luego a los pulmones y luego a la sangre y luego a cada célula del cuerpo. La sangre es la parte más importante del cuerpo, porque alberga el alma. Los animales también tienen alma, pero sus almas dejan de existir al morir, porque a diferencia de nosotros, no fueron creados a la imagen de Dios. Por lo tanto, el alma de un mosquito o un cerdo o un gusano no es reservado cuando muere, mientras que las almas de la humanidad sí son reservados en la muerte, porque fuimos creados a la imagen de Dios. Y eventualmente todos tenemos que dar cuenta de lo que hicimos con estos cuerpos que fueron hechos a la imagen de Dios. Nuestros cuerpos son sagrados y, por lo tanto, nuestras almas también son sagradas. Por lo tanto toda la humanidad será resucitada, desde Adán hasta el último hombre que muera sobre la tierra en los 7.000 años designados para la existencia de esta tierra. Incluso los no nacidos también serán resucitados, ya que estos fueron privados de la vida antes de que tuvieran la oportunidad de respirar por primera vez. Las almas de los muertos actualmente están almacenadas en el centro de la tierra, que es un mar de agua escondido, un abismo oscuro sin fondo, todos esperando la resurrección, todos dormidos. El paso del tiempo no se siente desde el tiempo de la muerte hasta el tiempo de la resurrección. Pueden haber pasado miles de años, pero se sentirá como un breve momento, al igual que quedarse dormido y luego despertarse se siente rápido. Hay dos resurrecciones, una que sucede al regreso de Yeshua, que es una resurrección exclusiva reservada solo para aquellos que reinarán en esta tierra por 1.000 años junto con Yeshua. Y la segunda y última resurrección sucede 1.000 años después, para todo el resto de la humanidad. Será en la resurrección final donde ocurrirá el juicio de los muertos, pues cada uno será juzgado por sus acciones. Y el que no tenga su nombre escrito en el libro de la vida será arrojado a un lago de lava que se formará al sur de Jerusalén, el cual destruirá tanto el cuerpo como el alma. Será un cesación permanente de existencia, donde los últimos momentos de existencia de cualquiera arrojado allí serán de absoluto terror y agonía. Será una segunda muerte para los que ya habían muerto y resucitaron. Entonces es por eso que actualmente ninguno de los muertos está en el infierno, porque la resurrección ni el juicio aún han sucedido, y tampoco existe el infierno actualmente. Y finalmente, una vez que se hayan cumplido los 7.000 años designados para esta tierra, la Jerusalén celestial descenderá a la nueva tierra, que se convertirá en el nuevo hogar para aquellos que sean considerados dignos para vivir en esos tiempos. Por eso tampoco nadie sube al cielo, porque en ningún momento suben al cielo los elegidos para la salvación, sino que estos reinarán en esta tierra por 1.000 años, luego la ciudad celestial desciende a la nueva tierra para convertirse en el nuevo hogar de los elegidos. Así que nunca hay una ascensión al cielo que realmente ocurra. Fuimos creados en esta tierra y siempre permaneceremos en esta tierra, luego en la nueva tierra.