Mis Mensajes al Mundo
Aunque ya no tenemos acceso al árbol de la vida para sanar nuestros cuerpos, todavía tenemos acceso a algo que puede sanar nuestros cuerpos de la mayoría de las enfermedades, y es el ayuno seco. Sin comida y sin agua. Cuando te abstienes de comer y tomar agua, el cuerpo entra en un estado de autofagia y come sus células viejas y dañadas para regenerarse en células nuevas y funcionales. Y las bacterias, los virus, los parásitos, los hongos y los cánceres que habitan en nuestros cuerpos y nos enferman comienzan a morir. Esta es la razón por la cual una mujer que tenía la enfermedad de Lyme avanzada pudo curar su condición simplemente haciendo un ayuno seco de 9 días. Sin comida y sin agua. Su nombre es Michelle Slater. Estaba tan enferma que consideró el suicidio asistido e hizo el ayuno seco como último recurso y se curó de su enfermedad. Luego escribió un libro llamado “Starving to Heal in Siberia”, que es traducido, “Hambre Para Sanar en Siberia”. Su historia es tremenda y es otro ejemplo de los increíbles beneficios del ayuno seco. Hay muchas más historias como la de ella, incluso de personas que se han curado de cáncer. La comida y el agua es lo que alimenta nuestras enfermedades, pero una vez que quitamos estas dos cosas, nuestras enfermedades pasan hambre y mueren, mientras que el cuerpo aún puede acceder a los nutrientes y al agua ya almacenadas en nuestros cuerpos mediante el proceso de autofagia. Y así el cuerpo se cura y expulsa sus enfermedades. Este antídoto no cuesta dinero. Es gratis. Dios ha construido este mecanismo de curación del ayuno seco en nuestros propios cuerpos, simplemente necesitamos saberlo y hacerlo para sanar. Es como un interruptor maestro para resetear nuestros cuerpos. Es por eso que los antiguos médicos y filósofos enseñaron sobre el ayuno para curar, como Hipócrates y Platón y Plutarco. Pero los médicos de hoy no enseñan sobre el ayuno seco. Ellos sólo conocen las drogas farmacéuticas que son muy costosas, y no saben nada acerca de curar y tener buena salud con ayuno seco y hierbas y no comer en exceso y una nutrición adecuada con frutas y verduras. Y así, la población en general es ignorante del mecanismo de curación que se encuentra en todos nuestros cuerpos, y piensa erróneamente que el ayuno seco conduce a la muerte, en lugar de saber que en realidad conduce a la curación.