Mis Mensajes al Mundo
Les voy a recordar que ninguna persona que no se convierta al judaísmo y renuncie a toda lealtad a los papas romanos, al catolicismo y al protestantismo se salvará. Yeshua era judío y enseñó el judaísmo y obediencia a la Toráh. No te dejes engañar y pienses estúpidamente que la Toráh es una ley antigua que ya no necesitamos conocer ni obedecer. La Toráh salió de la boca de Dios en el Monte Sinaí con gran poder, y Moisés escribió lo que escuchó, y los mandamientos que escribió fueron dados para que toda la humanidad lo obedeciera, no solo la nación de Israel. Yeshua apareció para liberarnos del pecado, al recibir la unción, a través de la creencia en él, para que finalmente pudiéramos obedecer perfectamente la Toráh, ya siendo libres de la condición interna del pecado, lo cual antes de él no era posible, porque la sangre de los animales no puede liberar a nadie del pecado, pero su sangre sí. Pero los romanos tomaron las enseñanzas de Yeshua y desasociaron la Toráh de ella que odiaban y mezclaron las enseñanzas de él con sus propias enseñanzas paganas y crearon lo que hoy llamamos catolicismo, del cual luego nació el protestantismo, que son religiones falsas con una idea falsa de un Dios trinitario y una falsa idea de un Mashíaj llamado “Jesús”. La sucesión romana de papas es el anticristo y ha engañado al mundo entero. Así que renuncien a sus creencias y lealtades católicas y protestantes. Pongan martillo a las estatuas de la Virgen María y de los santos y destrúyelos, que son ídolos que Dios odia. Dejen de darles sus diezmos a estos “pastores” charlatanes, que lo utilizan para enriquecerse y volar en sus jets privados. Deja de confesarte a sacerdotes que están llenos de pecados y no tienen autoridad para perdonar pecados. Y haz tu conversión al judaísmo y ven a las enseñanzas originales de Dios y Yeshua en la Toráh de Moisés. Aprenda los mandamientos de la Toráh. Y obedézcalos. Hombres, déjense crecer la barba. Mujeres casadas, cúbranse la cabeza, lo cual es la señal de sumisión a su marido en el matrimonio. Todos ustedes, fijen mezuzot en los postes y en los portones de sus casas. Usen tus tzitzit. Usen sus tefilín cuando oren. Den limosnas a los pobres, como lo manda la Toráh. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Una vez que aceptes la Toráh y sus mandamientos, Dios comenzará a bendecirte enormemente. Pero quien rechace la Toráh está bajo maldición y será arrojado sobre lava como basura, sin importar si es creyente en Yeshua o no.